Derrota del lider...Habemus candidato.
Podía ser negro o blanco. La Unión se presentaba ante su particular cónclave: jugaba contra el líder, en casa, tras tres victorias seguidas, y con el ascenso lo suficientemente lejos para no poder perder y lo bastante cerca para tener irremediablemente que ganar.
El equipo podía elegir ante tal situación la vía "benedictina": reconocerse sin fuerzas, sobrepasado por la tremenda responsabilidad, y retirarse honorablemente a la parte media de la tabla. O podía resucitar al Juan Pablo II más enérgico, y dar el máximo hasta el último suspiro.
Lo cierto es que el encuentro no pudo comenzar mejor. Una rápida y precisa combinación entre el Rubio y Antonio Quini acabó en los pies de Javi Cordero, que batió al guardamenta del líder, y asestó pronto un severo golpe sobre la mesa (min. 4, 1-0). Los otros 41 minutos de la primera parte fueron casi tan buenos como los iniciales. Se vio un equipo lleno de fuerza, intenso hasta decir basta y concentrado en cada balón jugado. Son virtudes que hemos reclamado más de una vez desde este rincón, recursos que van más allá de conceptos tácticos o técnicos; son sencillamente armas de las que siempre disponen los grandes equipos, las que te permiten vencer sin jugar especialmente bien, las que suman 3 puntos sin estar obligados a merecerlos.
Ayudó a esa demostración de poderío el descaro inicial. Salir frente al líder con 5 jugadores arriba como Sánchez, Jesús Bermejo, Rubio, Javi Cordero y Quini es un claro mensaje del banquillo a los jugadores: vamos a morir matando. Pero también la defensa fue decisiva: Canana hizo un partido impecable, con una estirada portentosa que evitó un golazo de falta directa; otros tantos salvaron Pacheco y Lolo, ambos en línea de meta, inspirados por ese espíritu de gladiadores que el domingo exhibió la Unión.
La segunda mitad comenzó con otro aviso en forma de "larguerazo" del Fornacense que, sin hacer mucho, demostraba cada 20 minutos que había un líder en el campo. Pero las fuerzas comenzaron pronto a fallar a unos y otros. La diferencia es que los de verdiblanco supieron resistir y los blanquiazules se derrotaron con dos expulsiones absurdas por protestar (de esas que antaño nos encantaban a nosotros). Así que con dos púgiles agotados, ningún directo llegaba a la mandíbula y ningún gancho alcanzaba el mentón.
Así que pasaron los 90 minutos, 95 con el añadido del colegiado, y los que acudimos a las gradas asistimos satisfechos a la fotografía de un equipo que, al menos el domingo, se nos hizo mayor. La Unión se ha ganado por tanto su derecho de participación en el Cónclave. Hay 7 cardenales para 4 puestos en el modesto cielo de la Regional Preferente, y quedan 6 partidos para saber de qué color será la fumata; pero soñemos al menos con que será blanca, aunque sólo sea porque somos los únicos de nuestra categoría que tienen el ilustre honor de ser Campeones de Europa en Bucine, Italia.
